domingo, 2 de octubre de 2011

Blanca Azucena y su Botones




Aunque estas dos grandes artistas no fueron nacidas en nuestro pueblo, terminaron residiendo en él. Tienen una bonita historia que contar y creo que deben de tener  un hueco en el blog.

Viajando por el álbum de los recuerdos y siempre relacionado con los cines y teatro, encontramos datos curiosos de artistas de La Línea, como, por ejemplo, “Blanca Azucena y su Botones”.
En una modesta vivienda de la calle Gibraltar de La Línea, vivían, casi olvidadas por todos, dos simpáticas ancianas que en el pasado fueron famosas artistas del teatro de “varietés” en toda España.

Se trataban de “Blanca Azucena y su Botones”, dos artistas que durante más de 50 años ocuparon la gloria y la fama en el mundillo del teatro, que se encontraban completamente solas, sin familia y sin público, subsistiendo con una ridiculísima  pensión de Beneficencia y con la caridad de los vecinos. Recluidas en una casita humilde, pero reluciente de blanca cal y alegre por fuera, como el espíritu de “Blanquita”, y llena de recuerdos,  recuerdos de abundancia, de fama y de felicidad.

Siempre había escuchado hablar a nuestros mayores, de los éxitos que lograron en todos los teatros de España y algunos del extranjero, de esta encantadora pareja artística, que fueron “Blanca Azucena y su Botones”. Doña Pilar Ortega  Claramunt (Blanca Azucena) y Doña Amalia Galván Cordero (Botones), su cuñada.

Blanca Azucena caracterizada de Pierrot 

Pilar Ortega Claramunt, nombre de pila de “Blanquita”, nació en Madrid el día 3 de Abril de 1891, en el número 80 de la calle de Alcalá, y bautizada en la Iglesia de los Jerónimos. Hija de un agente de bolsa, conoció una niñez de bienestar económico,  hasta que, tras la muerte de su padre y luego la ruina familiar, tuvo que abandonar el colegio y buscarse un trabajo, para atender las necesidades de la casa.

Tenía 12 años cuando se presentó en el teatro “Romea” de la calle Carretas, del que era empresario el Marques de Santa Cruz. La admitieron en su espectáculo, le asignaron un sueldo de tres pesetas diarias, un vestido de paje y otro blanco con muchas lentejuelas y gasa, traje del que le vino su nombre artístico. “Te llamarás Blanca Azucena“, le dijeron y con ese nombre se quedó para siempre.

Eso ocurría por el año 1903, del Romea pasó a un cine de la Plaza del Callao, donde actuaban artistas de variedades, y de allí le vino un contrato para Alicante. El sueldo era de 20 pesetas, muy pronto sería de 50 y de 75, hasta alcanzar las 100 pesetas. Ya entonces se había puesto de relieve el genio artístico de “Blanquita”. En su fulgurante carrera artística, actuó en Barcelona, y salió fuera de la Península, a Baleares y Canarias.

En el año 1910, siempre acompañada de su hermano, mucho mayor que ella, realiza una gira por las Islas Canarias en la que recibe cariñosos homenajes de sus habitantes. Es allí donde su hermano contrajo matrimonio con una bella y joven tinerfeña, Amalia Galván, que muy pronto se uniría artísticamente con la protagonista de esta historia. El número se denominaría desde entonces “Blanca y su Botones”, y el éxito fue grande y creciente.

La Botones, cuñada de Blanca, que se llamaba Amalia Galván Cordero, nació en Santa Cruz de Tenerife, el 28 de Diciembre de 1895, su padre era maestro barbero y ella estudiaba piano y canto cuando conoció al hermano de Blanca  y contrajo matrimonio con él. Ya jamás se separarían, y vivieron juntas hasta el final en nuestra Ciudad.

La constitución del dúo artístico de “Blanca Azucena y su Botones“, sucedió en Málaga en el año 1912 siendo su primera actuación en el teatro Novedades de dicha capital.




Con repertorios propios, decorados fastuosos, vestuarios, joyas, trenes de lujo, hoteles de los grandes, trasatlánticos, fama y mucho dinero en el interior y en el exterior. Blanca recibió muchas proposiciones matrimoniales en varias ocasiones, que le ofrecían un futuro de gran tranquilidad económica. Pero todas ellas condicionadas a su retiro del teatro. Y la artista las iba desechando todas, porque la sola idea de abandonar la escena la entristecía, y seguía feliz en sus viajes y en sus escenarios, sin importarle la idea de quedarse soltera.

De pronto, encontrándose actuando en La Carolina, cayó enferma de fiebres de Malta, tras mucho sufrimiento y temores de caer en el olvido del público, logró vencer la enfermedad, se recuperó y volvió de nuevo a los escenarios.

Durante cuatro años más, “Blanca Azucena y su Botones” recorrieron entre grandes aplausos los teatros españoles. Al espectáculo que ella encabezaba se incorporó su sobrina Gloria de Levante (luego señora de Cantinflas) y siguieron tres años más de notables éxitos, para luego empezar a eclipsarse los triunfos.
Los escenarios comenzaron a ser pequeños, en modestos pueblos, en actuaciones muy breves. El dinero ya no afluía con tanta abundancia en las taquillas como en otros tiempos. Pero ella hacia frente a su decadencia con muy buen ánimo. Tenía salud, energía para trabajar, y tenía conformidad.

Unida a su cuñada y a un joven artista (Rodolfo Monterrey), que nunca las abandonó, se unieron a una modesta compañía de comedias, con la que hacía un fin de fiestas. Era la compañía de Eugenio Caracuel, y con ella fueron bastantes años. Luego pasaron a la compañía Lahoz, con Elvira Fernán Gracia como primera actriz, trabajando en un teatro portátil de la propiedad de la citada compañía que se llamaba “Mari-Piqui”. En este modesto local, Blanca Azucena ya a sus 66 años de edad, hizo algunos números con Rodolfo Monterrey y Ramuncho; con Isabelita Rico a veces, cantó algunos dúos, y representó ciertos papeles de actriz.

Siempre actuó en multitud de homenajes benéficos y funciones de caridad. Blanca Azucena siempre acudió con su arte en socorro de los necesitados y de los desvalidos, y no sólo actuó gratuitamente para ellos, sino que en numerosas ocasiones los atendió también con su dinero.
Por todo ello, obtuvo muchas distinciones, se le nombró dama protectora de los exploradores de España en distintas ciudades, se le otorgó diplomas de gratitud de la Cruz Roja, y recibió infinidad de mensajes de gratitud.

En 1915 el 25 de diciembre se publicaba la revista "Eco Artístico" al precio de 75 céntimos  con el siguiente Artículo:



La campaña que están llevando a cabo estas «Kolosales» — así, con una K muy grande— artistas por la región valenciana es de las que verdaderamente pueden llamarse triunfales, moral y materialmente.

Blanca Azucena y su Botones, ¡oídlo bien, protervos venenosos!, es uno de los pocos números de variedades que puede otorgárseles el grado de atracción.

En el Salón Doré de Barcelona hicieron quince días de actuación; no tuvieron ese éxito enorme de los que se van viendo ya muy pocos ; pero no fracasaron, ni puede decirse que no gustarán; quien diga eso miente descaradamente, es un embustero. 

Almas piadosas propalaron por ahí que habían fracasado, y una Empresa de la región catalana se negó a que trabajaran en su Teatro, después de tener firmado contrato.

Vicente Buil, hermano de la monísima Azucena, que es castizo y sabe andar solo por el mundo, se sonrió levemente, facturó los baúles y salió para aquel pueblo.

El empresario vio que aquello se iba á poner feo, y Ies dejó trabajar en su Teatro. Debutaron, y el éxito fué enorme; y cuando el público pedia con grandes ovaciones  más repeticiones,   Vicente dijo a su maquinista: 

—¡Muchacho, quita el decorado!
El empresario no sabía qué hacer; quiso obligarles á trabajar; pero Vicente le dijo: 
Yo no quiero su contrato de usted, porque mi «numero es muy malo».
—¡ Hombre, que me han engañado! Yo le daré a usted más sueldo.
—No, señor amigo. No he venido nada más que a demostrar que estaba usted equivocado, y ahora si quiere usted que Blanca Azucena y su botones trabajen le cuesta á usted el «bolo» de dos días ¡3.000 pesetas!


A partir de esto, las jóvenes y monísimas artistas que aquí figuran fotografiadas han llevado a cabo una campaña brillantísima: primero, el Trianón Palace de Valencia, donde estuvieron treinta y ocho días; después, el Teatro Lírico de Palma, cuya actuación fué de quince; mas tarde, el Principal de Mahón, con veintitrés días; el Teatro Ortiz de Murcia con quince, y después, la hermosísima tournée por la región valenciana, que están llevando á cabo en la actualidad.

Blanca Azucena y su gentil Botones están siendo agasajadas en los pueblos valencianos. Como ramo de flor de los naranjos, ó como rosas mañaneras de frondosa vega valenciana, son ellas: juventud, ilusiones, vida. Son como un albae cantado por un huertano en la puerta de la barraca y adornado con su clásica manta a la salida del sol en el día de la fiesta del pueblo...



En Valencia coincidirá su reaparición con la salida de este número. Tres Empresas dispútense el núpero en el momento de escribir estas líneas. La reaparición de Blanca Azucena y su Botones en Valencia será lo que jamás se ha presenciado en la ciudad del Turia. Vicente Buil, que ha demostrado en repetidas ocasiones saber escribir para el teatro, ha escrito lo que no estoy facultado para decir. Eso, remozado con otras cosas que prepara y que tampoco estoy facultado para contar, harán que el noble pueblo valenciano se estremezca en las butacas el día de la reaparición y más de unos ojos se llenen de lágrimas.

Blanca Azucena y su Botones van a derrochar un dineral en presentar la sorpresa; pero el pueblo valeneiano sentirá una emoción grande, que le obligará a vitorear a las monísimas artistas por su feliz, aeierto, que va derecho al corazón, y como corazón, ¡el de los valencianos!




Y ahora, para «mot del la fin», como decimos los francófilos, un pequeño dato para las piadosas almas que han propalado especies infundadas. Blanca Azucena y su Botones, que, según vosotros escoria del varietés, fracasaron en el Salón Doré de Barcelona, tienen en su poder el contrato para volver cuando quieran y en mejores condiciones.

Ya no os queda otra cosa que repetir con «El Chico de las Peñuelas»:

¡ ¡ Qué mal he «quedao» ! !

                                                                                               J M N


LUGARES DONDE ACTUÓ

Desde el teatro Romea de la calle de Carretas de Madrid, donde actuó por primera vez en 1903, Blanca Azucena debutó a continuación en numerosas salas, como por ejemplo en “Sala Imperio”, “Poliorama”, “Salón Madrid”, “El Petit Palais”, “Javier de Montini”, todos de Madrid y Barcelona; “Teatro Principal” de Alicante, “Cervantes” de Jaén, “Gran Cine ” de Córdoba, “Teatro El Pueblo” de Valencia, “Salón de Verano” de Cartagena, “Teatro Circo de Verano” de Yecla, “Älvarez  Quintero” de Osuna, “Teatro Moderno” de Málaga, “Salón Novedades” de Tenerife, “Teatro Cómico” de Cádiz, “Eslava” de Jerez, “Teatro Apolo” de Ceuta, “España” de Larache, “Teatro Real” de Gibraltar, “Teatro Pascualini” de La Línea, “Teatro Cómico” de La Línea, “Teatro Parque” de La Línea, “Salón Victoria” de La Línea, y “Salón de verano” de La Línea, así como en otras muchas ciudades de toda España.

Programa del Salón Pascualini en el año 1913


Justo tres años después el 25 de diciembre de 1918, de nuevo en la revista Ecos Artísticos publican un nuevo articulo del  paso de Blanca Azucena y su Botones por el Teatro Circo de Murcia, con diferentes fotografías:






De la actuación de este número en el Teatro Circo Villar, de Murcia, dice El Liberal de dicha capital, en su número correspondienle al martes 10 de Diciembre de 1918, lo siguiente:

«Teatro Circo.—Justo es que nos ocupemos como se merece de Blanca Azucena y su Botones, artistas sin par, como cosa nuestra, pues cuantas veces trabajaron en Murcia, supieron captarse las simpatías del público murciano, supieron conquistarse nuestro cariño, y entre los cantos regionales que llevan se encuentra el de Murcia, hecho por autores murcianos, y estos cantos populares sirven de portavoz, en donde están estas amables artistas, del alma de nuestra tierra.

¿Quién no conoce a Blanca Azucena y su Botones y al notable maestro compositor Vicente Buil, hermano de Blanquita? Ignorar lo que es y lo que vale este numero de varietés, que triunfante recorre los principales teatros de España, es tanto como preguntarle  a un indígena algo notable de su pais y decir que lo desconocen.





Hoy trabajan en el Circo Villar, y basta pura convencerse del éxito que a diario tienen, tan solo con ver las entradas. Bien es verdad que la presentación es lujosísima; es, sin regateo alguno, de lo mejor qne puede representarse un número; no falta detalle.

Y pasemos al repertorio. Diez y ocho couplets cantan a diario, y no ha habido noche que los repitan, salvando aquellos que representan a los insistentes requerimientos del público.




El jueves podemos calificar de solemnidad artística lo que ocurrirá. Se celebrará el beneficio de Blanquita Azucena, y este día, la artista incansable, regalará un bonito recuerdo a las distinguidas damas de esta localidad. A los empresarios hay que darles la enhorabuena, porque saben corresponder con el público como merece, contratando artistas como Blanca Azucena y su Botones.



COMENTARIOS DE PRENSA




En el Eco Artístico del 25 de febrero de 1918 realiza un seguimiento por las diferentes Prensas, la actuación de Blanca Azucena y su Botones en el Lara:


  

Estas notables artistas, que han alcanzado recientemente un gran triunfo en Lara, desde donde pasaron al Teatro Alvarez Quintero, continúan cosechando a diario en este coliseo ruidosas ovaciones, en justo premio a su originalísimo trabajo.

A continuación reproducimos el juicio que ha merecido a la prensa de esta corte el trabajo de
Blanca Azucena y su Botones, artistas tan encantadoras como originales, la noche de su presentación ante el elegante público de Lara.


EL DIA.-Febrero 16, 1918. 



«LARA.—Blanca Azucena y su Botones
Con este número ha ocupado el empresario de Lara el hueco destinado en el cartel a la presentación de lo mejor en la selección de las atracciones de varietés.
Blanca Azucena y su Botones son dos artistas femeninas de grande mérito, por la novedad de su presentación, la variedad de sus trabajos, lo atrayente de sus figuras y la exquisitez de su repertorio.
Ayer fueron aplaudidísimas por el público de Lara, constituyendo un verdadero éxito la presentación de este número.»

EL IMPÁRCIAL-Febrero 16,1918. 


«LARA.—Blanca Azucena y su Botones
Esta pareja de lindas muchachas, uno de los números de mayor renombre en los carteles de varietés, se presentó ayer en Lara como fin de fiesta y obtuvo un gran éxito.
Blanca Azucena declama con soltura y hace con mucha gracia imitaciones y tipos. Bailando es verdaderamente notable. El Botones canta con mucho gusto, y entre las dos componen un número muy atrayente y variado, que fué  aplaudidísimo.
Los trajes y el decorado de estas artistas son también notables.»
EL PARLAMENTARIA.- Febrero 16,1918.

«LARA   «Debut» de Blanca Azucena y su Botones

Ayer tarde, y como fin de fiesta, debutaron en Lara Blanca Azucena y su Botones. Ambas muchachas obtuvieron un éxito lisonjero.
Blanca baila con singular maestría. Su Botones, muy linda, canta con mucha afinación.
El público de la «bombonera» hizo objeto de calurosos aplausos a las dos artistas.
»
 




EL PAIS.-Febrero 17,1918.

«LARA.—Blanca Azucena.

Ha debutado, como fin de fiesta, en este Coliseo, Blanca Azucena y su Botones.
Ambas muchachas obtuvieron un feliz éxito.
Blanca baila admirablemente y su Botones canta que es una bendición.
»


LA MAÑANA. - Febrero 17,1918


«POR LOS ESCENARIOS

LARA.—Debut de Blanca Azucena y su Botones.

El debut de estas dos bellas artistas en el Teatro Lara ha constituido un acontecimiento artístico, por la originalidad y el buen gusto con que presentan sus números.
Pocas veces se han cantado cuplets con la gracia y picardía con que los canta Blanca Azucena, que el día de su debut se reveló como artista insuperable en su género, y fué objeto de grandes y merecidas ovaciones.
Lo mismo en la interpretación de su escogido repertorio que en la graciosísima imitación que de Belmonte hace la notable Blanca Azucena, obtuvo un formidable éxito, que se verá repetido cuantas noches actúe en el escenario de Lara.
Nuestra enhorabuena a las excelentes artistas y a la empresa por tan valiosa adquisición.»



Demuestra también el enorme éxito alcanzado por estos notabilísimas artistas en la coquetona bombonera la publicación de sus retratos en La Mañana del siguiente día a su debut, El País, La Acción, en La Tribuna del 17, en La Nación del 20 y en otros diarios de importancia.


                                                         * * * * * * * * * * * * * *


Llevaba Blanca Azucena dos meses de actuación en Cartagena y se ofreció para cantar en el penal y dar unos ratos de alegría a los presos. Fue una fiesta en el patio del establecimiento donde se improvisó un escenario, acudiendo a ella las autoridades y personas importantes de la ciudad. Hubo flores, lágrimas, júbilo y emoción y, terminada la fiesta los reclusos volvieron a sus respectivas celdas aquella noche…

El director de la prisión advirtió pasos y ruidos entre los presos. Alarmado, fue a enterarse de lo que sucedía. Y se encontró con que los reclusos estaban realizando entre ellos una colecta para enviar un regalo a Blanca Azucena.

Al otro día, dos celadores, por encargo de la población penal llevaron al hotel donde se hospedaba, dos estuches de plata, con la siguiente inscripción: “Recuerdo de los presos del Penal de Cartagena“. Desde entonces siempre que Blanca iba a Cartagena hacía una visita al Penal y actuaba en él.

En relación a este acontecimiento el Eco Artístico del 25 de diciembre de 1916 realiza el siguiente
reportaje:



El Director del Penal, D. Ricardo Mur, "Blanca Azucena " y su "Botones" rodeados de los reclusos


Aprovecharemos las páginas que nos ofrece Eco Artístico para que sean reproducción de la emoción mas intensa por nosotras sentida en el transcurso de nuestra vida artística. Fué una tarde del mes de Octubre del año que expira. Dimos una representación en el Penal de Catagena ante los ochocientos hombres allí recluidos. Aquella tarde fué seguramente el dia que mejor hemos trabajado. Muy pequeño nos parecería nuestro arte para llevar con él partículas de alegría al corazón contristado de aquellos Infelices.

La satisfacción que produce el deber cumplido invadió nuestro ser al declinar la tarde de aquel día, en el que grabada quedó en nuestra alma, con caracteres indelebles, la impresión mas emotiva de nuestra vida artística.
Ramos de flores, regadas con lágrimas, nos entregaron aquellos desgraciados; lágrimas vertieron nuestros ojos al recibirlas.

¡Si con nuestro trabajo hubiéramos podido ofrendarles la libertad!

                                                                             Blanca Azucena y su Botones
Cartagena, Diciembre 1916.



Al día siguiente, el diario de Cartagena. El Porvenir, hablando de esta función, escribía:

FIESTA DEL PENAL
Blanca Azucena y su Botones dan una representación a los reclusos.

Dias pasados estuvo visitando el Penal la genial y bella artista Blanca Azucena, tan querida de nuestro público, y a la vista de aquel establecimiento modelo, al observar la corrección y buena conducta de los reclusos, nació en su corazón generoso, siempre abierto a todo lo noble y grande, la idea de obsequiarles con una representación. Y como lo pensó lo hizo, dejándose llevar de sus caritativos impulsos en favor de aquellos desgraciados.

Don Ricardo Mur, el culto Director de aquel reformatorio, siempre dispuesto a concederles cuantas expansiones del espíritu sean compatibles con su cautiverio, accedió entusiasmado al propósito de la gentil artista, y ayer, en un teatro improvisado en el patio central de la prisión, tuvo lugar la brillante fiesta.

No se hicieron invitaciones particulares; sólo unos cuantos amigos que conocieron la idea asistieron mezclados entre los reclusos, que en sillas y bancos, cómodamente instalados, llenaban gran parte del espacioso patio.

Después de una bonita sinfonía por la banda del establecímiento, dirigida por el maestro Benjamín Sevilla, se alzó la cortina, y Blanca  Azucena y su Botones dieron comienzo a su artístico trabajo.

Desde su aparición en la escena, los penados saludáronlas con entusiastas ovaciones, que se repetían a cada nuevo número, llegando en algunos momentos a interrumpirse la representación.



La noble artista y su encantadora Botones trabajaron ayer tarde con más cariño que nunca; el alma entera en cada número que interpretaban  y mostrándose incansables en su caritativa obra. 

Cuando  luego de agotado todo su extenso repertorio, se despidió Blanca Azucena de los reclusos, prometiéndoles volver en Junio, estalló una ovación delirante y aquellos infelices, llorando de alegría y gratitud para la compasiva artista, no se cansaban de aclamarla. Entonces unos penados le hicieron entrega de preciosos bouquet,. y otro recuso, Felix Martínez Pajé con cuya colaboración se han honrado estas columnas, dio lectura a las cuartillas que publicamos a continuación.

«Flor de gratitud.
Somos seres dolientes que vamos caminando por sendas de amargura, y recitamos las estrofas de un cruel y triste poema de infortunios, de lágrimas y de pesares compuesto. Caimos en ese momento crílico en que el plácido vivir se trunca.
Huérfanos de ta ayuda de una mano generosa, desprovistos de elementos para vencer en el duro combate de la tentación.
Antaño gemían los galeotes en rudas faenas empleados; no podían ni siquiera imaginarse lo que hogaño nosotros vemos. Dicen que eran malos; chusma les llamaban. ¡Quién sabe si acaso la obscura noche de sus almas hubiérase desvanecido al conjuro milagroso de un rayo de luz hecho mujer que les fuera piadosa a visitar, a consolarles, a darles el regalo de su arte, como vosotras, gentiles artistas, hoy, en  obsequio nuestro, habéis hecho noblemente. desinteresadamente, como ha de realizarse el bien, tal como el que perdonara a la Magdalena, porque amaba mucho, quería
Galeotes dijimos, ¿verdad? No hace mucho tiempo que los reclusos veíanse privados del goce fecundo en dulces emociones con que el arte estremece nuestras fibras cordiales. ¡Bien hayan los tiempos nuevos que novedades tan gratas nos han traído!.
He aquí que nosotros, los seres dolientes que nuestra perdida libertad lloramos, ante vosotras, estrofas vivientes del poema ínmortal de la Gracia, olvidamos nuestros pesares y enjugamos nuestras lágrimas.., Que tal es el milagro de la Gracia hecha mujer, que con un beso cura la melancolía de Adán al nostalgiar los encantos del paraíso.
Nuestras manos os aplauden, nuestros labios os bendicen por vuestra obra tan caritativa.
                                                                             Félix Martínez Pajé.
Prisión Central de Cartagena, 19-X-19l6 »

El recluso Felix Martínez Pajé, leyendo sus cuartillas Flor de Gratitud a Blanca Azucena y su Botones

¿Habéis visto esas fotografías? ¿Habéis leído esc articulo? ¿Habéis penetrado en la grandeza que encierran esas cuartillas de Blanca Azucena y su Botones?

Pues si contestáis afirmativamente, ¿a qué seguir? ¿Podría escribirse algo más elocuente que todo eso?.., ¡...!

En vista de los éxitos que por la región levantina han obtenido Blanca Azucena y su Botones, han sido contratadas por aquellas empresas en esta forma:

Mes de Mayo: veinte días en el Teatro Ortiz, de Murcia.
Meses de Junio y Julio: cuarenta días en el Salón Actualidades, de Cartagena.
Mes de Agosto: la Unión y Aguilas.

Eso es lo que ya tienen fiimado estas jóvenes originales y monísimas artistas, cuyas actuaciones, siempre triunfales, obligan a las empresas a firmarles nuevos contratos.
   
                                                  N.

El Sr. Director y su hija Carmencita, acompañadosde "Blanza Azucena" y su "Botones", su hermano, y el  Empresario del Salón Actualidades, Sr. García 

En cierta ocasión la prensa publicó la noticia siguiente: “Blanca Azucena ha sido asesinada, a tiros de revolver por su amante; en la travesía de las Islas Canarias a las Islas de madera.” Pero por fortuna todo se debió a un error informativo. Coincidió en el viaje una joven de la misma edad que iba acompañada de un joven norteamericano. Se trató de una joven coqueta y de un compañero celoso. Todo se resolvió a tiros. Gratamente impresionada, cuando saltó a tierra se enteró de que era la victima”.

De la información gráfica sobre el arte y la fama de “Blanca Azucena y su Botones”, importantes periódicos de la época dejaron elogiosas muestras, como por ejemplo: “El Globo”, “El Heraldo de Madrid”, “El Luchador”, “El Día” de Alicante,”El Parlamentario” de Canarias, “El Dígame” de Madrid, “El Diario de Cádiz”, “El Calpense” de Gibraltar, “Gibraltar Chronicle”, “La Tijera”, “Pero Gruyo” y “Pele Mele” de La Línea.

El Pais del 29 de octubre de 1914 escribía lo siguiente:

Blanca Azucena

En el teatro Principal de Cádiz está realizando una brillante campaña la notabilísima artista Blanca Azucena, acompañada de lindísima Botones.

Es un número que desde hace mucho tiempo esta reccoriendo  de triunfo en triunfo todos los teatro de Andalucía y Canarías, en donde ha conseguido popularizarse grandemente, pues es de un gusto artístico extraordinario, y se aparta por completo de las llamadas estrellas de varietés.

«El Porvenir de Cádiz» al hablar del debut de Blanca Azucena y su Botones, dijo lo siguiente:

«Sólo Blanca Azucena y su Botones han podido sostenerse en Cadiz meses y meses como ocurrió en su última temporada sin quee decayeran los entusiasmos del público que todas las noches concurría al Principal, y esto y la favorable por no decir entusiasta acogida de que ha sido y es objeto en estos días, es lo que nos induce a crear y consignar, como ya lo hamos hecho en párrafos anteriores, que es la artista mimada del público gaditano. 
 Nosotros que también sentímos nuestra simpatía por Blanquita como le llaman sus intimos, y qua a diario la aplaudimos en el teatro, tenemos una gran satisfacción traer a estas columnas nuestras propias impresiones al mismo tiempo que nos hacemos eco de los elogios que de ellas hace el público, interesándonos como el que mas, porque no decaigan ni se enfrien éstos entusiasmos.
Varias han sido las temporadas que ha actuado en esta capital y muchas y muy grandes las ovaciones que el público le ha tributado, pero bien puede decirse que  nunca como ahora, alcanzaron estas ovaciones mas unanimidad.»






EN LA LÍNEA Y GIBRALTAR


Anualmente, “Blanca Azucena y su Botones” hacían su acostumbrada gira artística por la provincia de Cádiz, y con motivo de ella también actuaban en el Teatro Real de Gibraltar, donde el público entendido en música y teatro como siempre fue el de dicha ciudad, aplaudía y admiraba las actuaciones de esta pareja.

En La Línea de la Concepción, por la que estas dos artistas sentían verdadero afecto y simpatía, y este a su vez a la reciproca, ofrecían lo más selecto de sus repertorios de bailes y canciones. Casi siempre actuaban en el Teatro Cómico y en el salón Victoria del Paseo de la Velada, siempre durante la semana de Feria de nuestra ciudad.

De sus actuaciones por el año 1915 en los teatros de La Línea , son estas canciones que “Blanca Azucena y su Botones” pusieron de moda, cuyos estribillos decían así:

Sarasa no me entretengas,Sarasa, que tengo prisa,Sarasa, voy a ponerleCuatro botones a la camisa.……………..Carrasclás, Carrasclás, déjame de serenata.Carraclás, Carrasclás,Que me estás dando la lata.


 Así se anunciaba Blanca Azucena en una revista gaditana de 1913.



EL OCASO DE LA FAMA

Hasta el año 1936 concretamente, seguían actuando juntas con las naturales renovaciones, y trabajando en los teatros portátiles de ferias. Pero en el año 1966, Pilar Ortega, que tenía 75 años de edad y residía en Cáceres, tuvo la mala suerte de sufrir una caída, fracturándose el fémur y fue ingresada en el hospital de Badajoz. En esta situación, inválida en una cama del hospital, sola y sin medios económicos, escribe una carta al periódico de Murcia “Línea”, pidiendo ayuda. La respuesta del director de dicho periódico no se hace esperar, y el periodista Luis Peñafiel escribe una sentida crónica, la cual conmueve el corazón de España, y a la cama del hospital de Badajoz donde se encuentra, le llegan expresivas cartas, dulces y ayudas. 500 pesetas le envía don José Iniesta mientras esta se encuentra en el centro benéfico.

La Línea de la Concepción pueblo, que Blanca Azucena, conocedora de sus virtudes de bondad, solidaridad y alegrías, y a quien ama de todo corazón, también piensa en ella y desde el hospital de Badajoz, escribe cartas, una de ellas a don Emilio Villar, empresario del Teatro Cómico. Éste le envía alentadoras palabras y alguna ayuda económica.

De esta forma, logra reunir la cantidad necesaria para que una furgoneta la traiga desde Badajoz a La Línea donde una vez curada la pierna desea venir a vivir, con su cuñada Amalia (septiembre de 1966). Alquilan una casita en el patio de vecinos de la calle Gibraltar número 115 y en esta población donde tantos éxitos alcanzaron y tanto les aplaudieron se quedan a vivir para siempre.

Pilar Claramunt a los 85 años

Pilar Claramunt y Pepe Villalba

HOMENAJE A LA LÍNEA


En prueba de amor, con que los linenses suelen acoger al visitante, y en su mayor grado al necesitado, y por iniciativa de los medios informativos del Campo de Gibraltar, se organiza un Gran Festival Artístico en el Teatro Parque a beneficio de Blanca Azucena, la que fuera popularísima artista de variedades, y que en unión de “su botones”, hizo las delicias de todos los públicos en épocas lejanas.

El gran festival Artístico, que indudablemente fue grande de verdad, se celebró a las 10 de la noche del lunes día 10 de abril de 1967. se sumaron al benéfico acto, los periódicos “Sur de Málaga”, “Área” de La Línea, y la emisora “Radio Juventud del Campo de Gibraltar”, siendo sus presentadores Ángel Carpio y Gabriel Baldrich, y organizado por Carlos Cabo.

En cuanto al programa de actuaciones de artistas, éste no pudo ser más extraordinario y generoso: El conjunto músico-vocal “Los Ekos”, “Los Loser”, el cantaor “Morenito de La Línea”, los humoristas “Los Manolos”, el cantaor “Alberto”, “Los Locos del ritmo”, la bailarina “Charo del Castillo”, “Los Dandys del ritmo”, “Los Mordedores linenses”, la tonadillera “Ana María Navarrete”, “Las cinco Dínamicas”, “Rosi Ferrer”, “Elena Guzmán”, “Pepi Arena”, “María Vázquez”, y “Lourdes Aviles”, conjunto de ballet “Belén  y su pareja”,el veterano bailarín ceuti “Pedro León”, “Conchita” (la Rita Pavone española), la pareja lírica “Margarita Vázquez y Carlos Padilla”, la canzonetista “Araceli Puerta”, “Ballet Mesa Revuelta”, “Antoñita de Andalucía”, “El gran Kiki”, y también actuaron los artistas de la Academia del maestro Beneroso.

Todos estos artistas y todos los que colaboraron en la organización de este magnífico festival, lo hicieron totalmente gratis, además de la ayuda económica de algunos de ellos, llegándose a recaudar más de 11.000 pesetas.

Con esta cantidad que hoy es insignificante, pero en aquella fecha era muy importante, estas dos artistas ya imposibilitadas para ganarse la vida en el teatro, compraron  un kiosco de caramelos, frutos secos y  otras chucherías, a unos pasos de su vivienda, y con ello pudieron seguir tirando algunos años.

Pero tan modesto medio de vida hubo de abandonar Pilar Ortega Claramunt (Blanca Azucena) al no poderlo atender por caer enferma y luego pudieron conseguir ella y su cuñada el subsidio de la vejez

Dos mujeres que fueron bellas y elegantes, que cantaron los poetas y la colmaron de homenajes los públicos de toda España.







Texto de Juan Arturo Medina Suffo de sus Crónicas Linenses publicadas en el periódico Area y de Luis Javier Traverso Vazquez

 Fotografias del grupo de La Linea en Blanco y Negro del Facebook, Pepe Villalba, Juan Arturo Medina Suffo y Luis Javier Traverso








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